Nuestra historia, tradición y generaciones
Fundada el 09 de julio de 1979, por los Ingenieros Gregorio Aguilera, Alejandro Crosa, Miguel Telesca, Manuel Da Silva Flecha y Licenciado Mario Campos en el auge de las Obras de Itaipu, Yacyreta y Vallemi con espíritu emprendedor y la voluntad de colaborar con el desarrollo del país. Con el pasar de los años y de las circunstancias naturales de la vida algunos socios fundadores se desligaron con objetivos personales permaneciendo sin embargo la amistad y la unión que caracterizó desde el inicio nuestro propósito.
Al comando de la empresa permaneció el Ingeniero Manuel Da Silva Flecha, dando continuidad a los trabajos y pasando después de algunos años la dirección a sus hijos, transformándola en una empresa familiar de Sociedad Anónima. Pasamos por sucesivos cambios, economías que castigaron al país, la aparición del computador, del marketing, la globalización y una infinidad de novedades que mudaron completamente la forma de administrar una empresa como lo es hoy en día. Sobrevivimos a las duras estadísticas que muestran de que solamente una entre tres empresas ultrapasan la generación de sus fundadores.
¿Cuál ha sido el secreto de nuestra empresa?
Tal vez lo más importante fue la preocupación de pasar a la nueva generación la pasión por las raíces y por la propia empresa, en formar sucesores y no simples herederos. Entendimos que la preparación de los sucesores para asumir el comando era fundamental para la longevidad de la empresa, porque si en el pasado el cambio del comando era algo natural, hoy se necesita de mayor profesionalismo. Delegar el mando a la persona cierta disminuye los riesgos de estancamiento y consecuente pérdida del patrimonio.
Empresas como SINTEC, que atraviesan una generación de vida tienen muchas historias para contar, pero también mucho que enseñar y más aún mucho que aprender. Nuestra empresa tiene la capacidad de tropezar y de recuperarse apoyándose en su tradición y en su pasado, sin perder el objetivo de la modernidad y en las diversas fases que nos tocó vivir, procuramos reinventar el negocio a cada día, fusionando pasado y futuro de manera equilibrada. El camino fue largo, los obstáculos fueron muchos, pero la ocasión es victoriosa.
Agradezco a Dios, a mis padres y esposa que siempre me apoyaron, confiaron en mí, a los familiares y amigos que siempre estuvieron a mi lado. Agradezco también a las empresas que me recibieron con brazos abiertos y me enseñaron lecciones valiosas tanto en el campo profesional como en lo personal y sobre todo a los colaboradores que son parte importante en esta conquista. Hoy al mirar hacia atrás, percibimos nuestra evolución y brindamos por el inicio de un largo camino de realizaciones que todavía está por venir. Infelizmente, no todos con quienes nos gustaría compartir este momento están presentes. Algunos ya se fueron después de contribuir de forma significativa para nuestro crecimiento.
Llegar hasta aquí no es solamente una victoria, si un sueño realizado que comparto con Uds. Porque entendemos que todo lo que está en el plano de la realidad ya fue sueño un día, y que en las grandes batallas de la vida, el primer paso para la victoria es el deseo de vencer.
– Manuel Da Silva Flecha